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Actitud y Mindfulness: Abrazando el Dolor en la Maternidad




El dolor es una experiencia profundamente humana y transformadora.


En nuestra cultura, a menudo se nos enseña a temerlo, a evitarlo o incluso a luchar contra él.


Pero...


¿qué pasaría si en lugar de resistirnos al dolor, lo abrazáramos?


En este artículo, inspirado en el episodio del podcast "Maternal Mind", exploraremos cómo nuestra actitud y la práctica del mindfulness pueden ayudarnos a relacionarnos de manera diferente con el dolor, tanto físico como emocional, que acompaña a la maternidad.


El Dolor Físico en el Parto


Cuando pensamos en el dolor relacionado con la maternidad, el parto es lo primero que nos viene a la mente.

Es normal que surjan miedos, ya que creencias como “parirás con dolor” están profundamente arraigadas en nuestra cultura.


Pero, ¿y si cambiamos el enfoque?


La experta en mindfulness Vidyamala Burch distingue entre dos tipos de dolor:

  1. Dolor primario: Es la sensación física pura, la respuesta del cuerpo a un estímulo.

  2. Dolor secundario: Es el sufrimiento adicional que generamos con nuestros pensamientos y emociones sobre el dolor primario.



Lo que resistes, persiste.


Al luchar contra el dolor, lo amplificamos.

Sin embargo, al aceptar el dolor como parte del proceso, podemos reducir el sufrimiento.


El dolor en el parto tiene un propósito: es la manera en que tu cuerpo trabaja para traer a tu bebé al mundo.

En lugar de verlo como un enemigo, puedes aprender a acompañarlo con herramientas como la respiración consciente, la visualización y la atencion plena.

Por ejemplo, imagina el dolor como olas que vienen y van, y tú, con una actitud de apertura y confianza, navegas sobre ellas.


Las técnicas de mindfulness y el hipnoparto pueden prepararte mental y emocionalmente para transformar el dolor en un aliado.


El Dolor Emocional en la Maternidad


La maternidad también nos enfrenta a dolores emocionales: la culpa, la soledad, el cansancio, las expectativas no cumplidas, las dudas. Preguntas como “¿Soy una buena madre?” o “¿Soy suficiente para mi bebé?” pueden convertirse en una carga emocional difícil de sostener.


Aquí, el mindfulness también puede ser una herramienta poderosa.


Al sentarte en silencio, observar tus pensamientos y emociones sin juzgarlos, creas un espacio para sanar.


Reconocer tus sentimientos, aceptarlos y recordar que “este momento también pasará” te permite avanzar con mayor serenidad.


Historias Reales: Un Camino hacia la Sanación


Quiero compartirte la historia de una madre que llegó a uno de mis círculos de maternidad sintiéndose agotada y llena de dudas. Sintiéndose una "mala madre" para su bebé.


Con el tiempo y la práctica del mindfulness, aprendió a gestionar su dolor emocional, no eliminándolo, sino abrazándolo y sosteniéndolo con amor.


Hoy se siente más conectada consigo misma y con su bebé, recordándose que no necesita ser perfecta para ser la gran madre que ya es.


Una Invitación a la Práctica


Si deseas comenzar a relacionarte de manera diferente con el dolor, te invito a explorar las meditaciones guiadas que he preparado para ti en la web de Ser Mamá.

Allí también encontrarás información sobre círculos de maternidad, educación prenatal con hipnoparto y consultoría en lactancia materna.


Recuerda: el dolor puede parecer abrumador, pero también es una invitación a mirar hacia dentro, a conocerte más profundamente y a descubrir una fuerza que no sabías que tenías.


Con herramientas como el mindfulness y una actitud de aceptación, puedes transformar esos momentos difíciles en oportunidades de crecimiento.


Juntas, creamos una tribu que nos sostiene y nos inspira.


Si este artículo resonó contigo, compártelo con otras madres que puedan necesitarlo.


Un abrazo enorme de luz y amor.


Chon


PD1. Aquí puedes acceder a las meditaciones de Maternal Mind


PD2. Escucha todos los episodios del podcast Maternal Mind


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